Discografía

Quintetos para el Conde: José Palomino de la Quintana (1753-1810)

Integral de quintetos de cuerda con dos violas de José Palomino de la Quintana

El Afecto Ilustrado

Información General
JOSÉ PALOMINO DE LA QUINTANA

Adrián Linares, violín I – Lorena Padrón, violín II – Iván Sáez, viola I – Melchor García, viola II – Diego Pérez, violoncello

Como otros muchos autores e instrumentistas ibéricos de la segunda mitad del siglo XVIII, la figura de José Palomino de la Quintana (1753-1810) sigue siendo, a día de hoy, bastante desconocida fuera de los círculos especializados. No sólo como compositor, sino también como virtuoso del violín e intérprete ocasional de viola, director y precursor del modelo de músico siervo de la realeza y al tiempo empleado por los encargos de la aristocracia, la Iglesia y las producciones teatrales.

La obra de José Palomino, de la cual estos quintetos son una prueba de la alta calidad de su pluma, merece un puesto destacado entre la producción musical de la época de la Ilustración en la Península Ibérica, en pro de un lirismo hermoso, una armonía acertada y un estilo muchas veces anunciador de las estéticas venideras. En efecto, esta colección de quintetos de cuerda con dos violas, dedicada a Carlos José Gutiérrez de los Ríos (1742-1795), VI Conde de Fernán Núñez, es una prueba fehaciente del alto nivel compositivo que se alcanzó en el ámbito ibérico durante el último tercio del siglo XVIII.

José Palomino de la Quintana nació en Madrid en 1753. Su padre, Mariano Palomino, también violinista de profesión, era natural de Zaragoza, mientras que su madre, Antonia de la Quintana era oriunda de Madrid. Además de que sus hermanos Pedro y Antonio fueran también intérpretes de violín, sus abuelos estaban estrechamente ligados al mundo del teatro. Estudiando primero con su padre, y luego con Antonio Rodríguez de Hita, maestro de capilla del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, llega a ser un destacado intérprete, opositando a la última plaza de violín de la Real Capilla de Madrid en el año 1770. La capital española trataba de situarse por entonces a la altura de las grandes urbes europeas, gracias a las mejoras y reformas introducidas por el monarca Carlos III. Durante el último tercio del siglo se dan las condiciones idóneas para un clima de efervescencia musical en la Corte, que atrajo a instrumentistas de todas las regiones del país, y también de más allá de las fronteras. Las Artes gozaban en general de buena salud, gracias en parte a los aires ilustrados que soplaban sobre España.

En 1773 José Palomino solicita un permiso de seis meses para ausentarse a Portugal, concretamente a la ciudad de Lisboa, argumentando tener a su padre enfermo en dicha ciudad, con un hermano pequeño a su cargo, no acabando de quedar claro el motivo real de su renuncia a la plaza en la Real institución. Sea como fuere, al vencimiento de su permiso, la Real Capilla española decide sacar su plaza de nuevo a concurso en 1774.

Sin embargo, ya desde ese mismo año es nombrado como violinista de la Real Cámara de Lisboa, cargo que ostentará hasta 1807. La musicóloga lusa Cristina Fernándes ha señalado como posibles causas de su traslado a Portugal las mejores condiciones económicas y el buen trato de la agrupación, que, por entonces, y, dicho sea de paso, era uno de los grupos con mayor calidad de todo el continente europeo. Lisboa se situaba como una nueva potencia resurgida de las cenizas del terrible terremoto de 1755. Y la Música estaba entre los elementos que definían a la nueva y flamante capital, y por la que, además, la Corona apostó de forma decidida. Palomino no solamente adquiere fama como instrumentista en el reino portugués, sino que también lo hace como autor. Ya siendo muy joven, aún pupilo de Rodríguez de Hita, compone la tonadilla escénica El Canapé, que triunfaría en Madrid en 1767.

Su actividad en la capital portuguesa pronto le reporta una posición social y musical encomiables, convirtiéndolo incluso en un modelo de pro hombre ilustrado. Esta suma importancia en la vida musical y cultural de la Corte Portuguesa puso al autor en contacto con el VI Conde de Fernán Núñez, embajador de España en Portugal desde 1778 hasta 1786. Fruto de su relación con el aristócrata español, Palomino crearía estos Quintetos, además de otras obras de gran repercusión, como la serenata titulada Il ritorno di Astrea in Terra, que fue compuesta para el doble matrimonio que en 1785 unió al Infante de España Don Gabriel con la Infanta Mariana Victoria de Portugal, y a Doña Carlota Joaquina con D. João, Príncipe de Brasil.

A comienzos ya del siglo XIX, la figura de José Palomino estaba tan consolidada en la atmósfera musical y cultural de la Corte, que sus funciones incluyeron, además del cargo de violinista, la composición de obras por orden de la Casa Real, la dirección y organización de repertorios y ceremoniales, o la gestión de solicitudes de copias musicales.

En 1802 solicita la nacionalidad portuguesa, después de 28 años en el país luso al servicio de la Corona. Su hermano, Pedro Palomino, que había trabajado además junto al padre de ambos Mariano Palomino, desde 1790 en la Capilla de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, retorna a la capital portuguesa en el mismo año. Este último ya había llevado a las Islas música de José, y sin duda alguna su contratación como siguiente maestro de capilla de la Catedral de Santa Ana de las Palmas se realizaría gracias a él.

Así pues, cuando en 1807 se produce la invasión francesa de Portugal, y la familia real lusa se exilia a Brasil, José Palomino emprende el viaje hacia Gran Canaria, pasando primero por Cádiz, y llegando a la Isla en 1808, acompañado de los hermanos Joaquín y Manuel Núñez, violinista y violonchelista respectivamente, siendo el segundo, además, yerno de Palomino. Una vez instalado como nuevo maestro de Capilla de la Catedral de Las Palmas, inicia una serie de reformas con el fin de optimizar al máximo rendimiento la capilla de música en la por entonces Catedral de Canarias.

La maltrecha plantilla del templo isleño fue entonces reestructurada y aprovechada al extremo, modernizándola en estilo y configuración. Palomino supo entonces enfrentarse a los tiempos de crisis económica que habían comenzado para el Archipiélago ya a finales del siglo XVIII, y con todo, compuso una gran cantidad de obras religiosas, exponentes de la calidad que le había caracterizado durante su período portugués.

En 1810, fallecía Palomino en Gran Canaria, siendo su música celebrada durante mucho tiempo en la Isla, y siendo sustituido en el cargo por el violinista Joaquín Núñez, hermano de su yerno, y que había viajado con él desde la Península Ibérica hasta Canarias.

DIVIN ENFANT: Michel Corrette (1707-1795)

Symphonies en Quatuor sur les Noëls.

El Afecto Ilustrado

Información General
Michel Corrette

Adrián Linares, violín I – Lorena Padrón, violín II – Iván Sáez, viola – Diego Pérez, violoncello – Carlos Oramas, tiorba y guitarra barroca

Michel Corrette, organista y compositor francés, nació en Rouen en 1707, y murió en París en 1795. En 1720 abandona su ciudad natal para continuar una educación musical que seguramente habría comenzado con su padre Gaspard Corrette. Ya en 1726, con veinte años de edad, oposita para el puesto de organista de la Iglesia de la Magdalena, en París. Sin embargo, esta plaza no le es adjudicada, y se gana la vida en el París de la primera mitad del XVIII como profesor de música. En 1727 publica sus primeras colecciones de sonatas, dedicadas especialmente al violín, la flauta y la zanfona, muy en boga en el momento. En 1728 se convierte en uno de los primeros músicos franceses en editar conciertos para instrumentos solistas siguiendo el esquema dictado por el veneciano Antonio Vivaldi. 

A partir de 1733, Corrette alterna la plaza de concertino en varias orquestas de la Cité, y probablemente debido a su relación con los círculos de la llamada Ópera Cómica, comienza a creer sus célebres Concerts Comiques, basados en temas populares y normalmente destinados a servir como divertimento entre actos teatrales. Esta colección de 25 piezas será rematada alrededor de 1773. 

Convertido en organista de Sainte-Marie du Temple, en 1737 edita su primer libro de órgano, que será seguido en 1750 por la segunda parte, y el 1756, por la tercera. Entra pues al servicio del templo parisino, y realiza encargos para la Familia Real francesa. Trabaja para el Chevalier d’Orléans, el Príncipe de Conti y el Duque d’Angouleme. 

En su primer Livre des Noëls de 1741, se presenta como organista de la Casa Jesuítica, en la Iglesia de San Luis, donde el papel de la música en los Oficios era altamente considerado. Corrette mantendrá su puesto dentro de la Orden jesuita hasta 1762, año en que la Compañía de Jesús fue expulsada del país galo. Sin embargo, y a pesar de la Revolución Francesa de 1789, Corrette mantendrá su plaza como organista en Sainte-Marie du Temple hasta 1791. Hay que señalar como curiosidad que Michel Corrette editó el último libro de órgano en París durante el Antiguo Régimen, sus Pièces pour l’orgue dans un genre nouveau, en 1787. 

Michel Corrette es un compositor muy fecundo, y dado el momento en el que vive y trabaja, su obra es un reflejo fiel de la evolución de la estética y el gusto musical durante el complejo siglo XVIII francés. Si bien sus primeras obras para clave (1734) se acercan a las maneras de la escuela de Couperin, otras composiciones como Les Amusements du Parnasse (compuesta entre 1749 y 1772), o los Divertissements pour clavecin ou pianoforte (1779) muestran rasgos más inclinados al estilo Galante, y a veces claras estructuras propias del Clasicismo. Sin embargo, debemos también reseñar que Corrette fue un claro defensor del estilo italiano, hecho que queda patente en la estética de las Symphonies de Noël que esta noche escuchamos, y que a pesar de ser un catálogo de Villancicos franceses del momento, están compuestas siguiendo un marcado aire italiano. 

Si bien la obra de Michel Corrette es muy extensa, sería injusto no nombrar su faceta como pedagógo. Gran creador de métodos para el aprendizaje de diversos instrumentos, su deseo pasa por el filtro ilustrado de codificar y divulgar el lenguaje musical a las masas cultas de la época. Sus libros gozaron de grandísima fama, y era usual encontrarlos en las grandes bibliotecas. 

Michel Corrette es, en definitiva, uno de esos grandes autores que tan injustamente han sido olvidados por la Historia. No solamente por su labor compositiva, sino por su importantísima vertiente pedagógica y por su interés en aires populares que incorporó en su música, creando una fusión única con matices franceses e italianos. 

El afecto Ilustrado
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.